lunes, 5 de febrero de 2018





 Nadie sabe exactamente quien es Davy 

Jones,

 solo que es una criatura diabólica 

que se hace cargo de las almas de quienes 

perecen en el mar.



 En “Piratas del Caribe”, 


Davy es un monstruo mitad hombre mitad 

crustáceo 

con tentáculos de pulpo

 en el lugar de barba, 

que tiene poderes sobrehumanos

 e incluso mantiene al Kraken secuestrado 

para soltarlo en cuanto alguien contraría a su 

dueño.












Demostrando un profundo respeto por el 

folclore náutico, la producción de 


Jerry Bruckheimer 

 se esmera en sorprender al espectador con detalles 

sobrenaturales y 

novedosos.


Si en la primera entrega  La Perla Negra era 

un buque fantasma 


cuya tripulación estaba hechizada 


por haber robado un tesoro Azteca, 


en la última (“On Stranger Tides”)


 el barco ha sido jibarizado 


por el infame Barba Negra (Ian McShane) 


quien lo guarda dentro de una botella.  


Will Turner (Orlando Bloom)

 se la pasa casi dos películas intentando 

vencer a Davy Jones 

para rescatar a su padre,

 esclavo en El Holandés Errante.


 Nadie esperaba que al final de la tercera 

entrega, Davy mate a Will,

 y tras el villano ser ultimado por Jack 

Sparrow, Turner se convierta en el nuevo

 capitán de un barco fantasma. 

 Todo el mundo conoce la leyenda de La 

Fuente de la Juventud,

 pero en “Piratas del Caribe: 

On Stranger Tides”, se inventa lo del  “Ritual 

Profano” para poder acceder a los beneficios 

de sus aguas. 


Todo el mundo sabe que las sirenas son 

criaturas peligrosas, pero en el mismo filme 


se las dota de unos colmillos dignos de la 


Familia Cullen.








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