lunes, 12 de noviembre de 2018

HIGIENE DEL SUEÑO

Sueño. Aunque pueda parecer una obviedad, las horas de sueño influyen directamente en la memoria de un adolescente. Cada vez hay más alumnos que reducen sus horas de sueño, que debería situarse entre las nueve o nueve horas y media diarias. En muchas ocasiones los docentes observamos cómo afecta la falta de sueño a la memoria y a la capacidad de atención y concentración de nuestros alumnos. 

https://vital.rpp.pe/vivir-bien/diez-horas-de-sueno-necesita-un-nino-en-edad-escolar-noticia-1034819
El ser humano dedica un tercio de su vida en dormir. En los niños de edad escolar, el sueño es una de las actividades más importantes para su desarrollo físico y mental. De acuerdo con la pediatra de Solidaridad Salud Judith Tantavilca, un niño de entre 6 y 13 años necesita un promedio de 10 horas de sueño al día para rendir óptimamente en las clases.


Niños edad escolar (6-13 años): Entre 9 y 11 horas.
Adolescentes (14-17 años): Entre 9 y 10 horas.
Efectos negativos. La falta de sueño puede afectar nuestro rendimiento y estado de ánimo, además de la salud. En casos extremos, se pueden presentar enfermedades coronarias y depresión provocada por un mal hábito de sueño.
https://www.guiainfantil.com/articulos/salud/sueno/dormir-en-la-cama-de-los-padres-mas-alla-de-la-etapa-infantil/

Muchos padres duermen con sus hijos para que no tengan miedo durante la noche, para sentirse más seguros o simplemente porque desde que nacieron han adquirido el hábito de dormir juntos en la misma cama. Sin embargo:
Esta práctica interfiere en la calidad del sueño del niño por lo que no es recomendable. 
- No potencia la autonomía e independencia del niño sino todo lo contrario. Como padres, tenemos la obligación de criar niños responsables, autosuficientes e independientes y, dormir con nuestros hijos dificulta que lo sean.
- Potencia que los niños adquieran miedos y manifiesten una conducta de dependencia hacia sus padres. 

Por qué los niños deben dormir en su cama

Tenemos que procurar que sean autónomos. Igual que le enseñamos a comer, a atarse las cordoneras o cuidar su higiene corporal por sí mismos, es importantísimo enseñarles a dormir solos sin necesitar el acompañamiento o protección de un adulto. 
Dormir solos repercute positivamente en su autoestima. Por otro lado, si el niño tiene miedo debemos enseñarle a afrontar y gestionar sus miedos pero no animarle a evitarlos durmiendo en nuestra cama. Tenemos que ayudarles a que interioricen el mensaje de “soy capaz de dormir solo” y debilitar el mensaje de “necesito a mi mamá o necesito a mi papá para poder dormir”. 
Por tanto, debemos ayudar a nuestro hijo a llevar una adecuada higiene de sueño que le permita tener un sueño de calidad y disfrutar de un gran descanso durante la noche. 




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